Nuestro proyecto educativo desea asegurar la mejor formación para los alumnos como profesionales competentes –con actitud constante de aprender–, como personas con capacidad de autosuperación –con fortaleza, creatividad y resiliencia ante los retos– y como ciudadanos cooperativos y corresponsables con el mundo en el que viven.
Para lograr estos objetivos, nuestro modelo educativo se fundamenta en:

La colaboración con las familias
La tarea conjunta con las familias se sustenta en una comunicación fluida y en una colaboración continua que favorezca la coherencia y la continuidad educativa. +Este ámbito queda reflejado en nuestro modelo de escuela para aprender, que quiere avanzar en un modelo de educación y de aprendizaje que aprovecha todas las situaciones y los entornos. Para ello, establecemos con las familias todas las herramientas y las oportunidades que consideramos necesarias para facilitar la comunicación y el trabajo conjunto entre familia y escuela.

El sentido ético y humano de la vida
Nuestra escuela no ha sido nunca confesional, pero tenemos como fundamento educativo la esencia de los valores del humanismo. +Estos aspectos deben marcar el clima en que se ha de desarrollar la vida de la escuela, y en el que cualquier creencia personal es respetada. Queremos educar buenas personas que amen y respeten la vida y las personas que los rodean.

El desarrollo integral y la satisfacción personal del alumnado
Una buena escuela es aquella que tiene la capacidad de ofrecer a cada persona aquello que necesita en cada momento. +Hay que asegurar el aprendizaje significativo de cada alumno, adquirido con esfuerzo y entusiasmo. Concebimos nuestra labor educativa como el acompañamiento en un proceso de mejora continua, donde cada alumno / a desarrolla al máximo sus aptitudes, aprende a gestionarlas adecuadamente y se capacita, así, para su vida de adulto y en sociedad.

El afecto y el respeto dentro de la comunidad educativa
Una característica esencial de nuestra escuela es el ambiente afectuoso en las relaciones entre todos los integrantes de nuestra comunidad educativa. +Creemos en las relaciones humanas basadas en el respeto y en la confianza, en la tolerancia y en la autoridad ganadas con prestigio.
La comunicación personal y el afecto en las relaciones humanas deben ser elementos esenciales de la educación de nuestros alumnos, a los que hay que ayudar a poner en práctica el sentido profundo de la amistad como línea fundamental en su desarrollo personal.

La solidaridad y el compromiso con las diferentes realidades sociales
Hay que educar los alumnos en el sentido de la cooperación, el compromiso social y la solidaridad porque, tal como describe la Declaración de los Derechos de los Niños, “inviertan sus energías y aptitudes al servicio de los otros”. +En este sentido, nuestra escuela forma parte del Plan de Escuelas Asociadas a la UNESCO, y nuestros alumnos participan en proyectos de colaboración y de voluntariado con centros de ancianos, centros cívicos de nuestro entorno, además de estar hermanados con la Escuela Sam Sam de Dakar-Senegal.
Así pues, la escuela debe convertirse en ámbito de participación real y de aprendizaje de la convivencia, estimulando la participación, el trabajo en equipo, la toma de decisiones adecuada y responsable, y ayudando a adquirir el valor de la solidaridad en nuestro entorno próximo.

El ejercicio de la libertad y el pensamiento crítico
La escuela debe ayudar, a través de todas y cada una de sus actividades, a crear un criterio propio, con pensamiento crítico, autocontrol y responsabilidad, que permita a cada uno ejercer en la vida su libertad responsable.